A finales de septiembre retomamos las actividades educativas en los huertos escolares del distrito de Salamanca, programa financiado por la Junta de Distrito.

Durante estas semanas han pasado muchas muchas cosas en los 4 centros participantes… Aquí os dejamos un pequeño resumen:

La vuelta a la huerta del cole ha coincidido con la cosecha de las plantas de la temporada de verano, lo cual ha sido una gran sorpresa para peques y profes.

Los tomates y los pimientos nos esperaban colgando de sus ramas y apoyados en sus tutores; a los melones, sandías, calabazas y calabacines tuvimos que buscarlos como tesoros entre sus enormes hojas y tallos rastreros, y nos pinchamos un poquito recogiendo las berenjenas y los pepinos… ¡Ahora entendemos de dónde viene la expresión de «meterse en un berenjenal»!

Aprovechando la cosecha, aprendimos a distinguir los diferentes cultivos por colores, formas, tamaños o texturas y ver las diferencias entre nuestras verduras del huerto y las que compramos en el supermercado. Nuestro último reto consistió en construir un tren de verduras y medir nuestra altura con la cosecha y para nuestra sorpresa, ¡Nos superó en tamaño! ¡Traspasó los más de 1,76 cm. de largo de altura de la profesora del huerto!

Tras recoger los últimos frutos del verano, la tarea principal fue retirar los restos de la huerta y preparar la tierra para la llegada próxima de las plantas de la temporada de otoño. Para ello removimos y labramos entre todos, mezclamos con abono de las vermicompostera, y rastrillamos y nivelamos el suelo de todos los bancales.

Con la tierra ya lista para las plantas y semillas de otoño, quisimos pararnos a entender qué aspectos hacen que el suelo del huerto sea especial y permita desarrollarse y crecer a nuestras plantas. Para demostrar sus propiedades, como la retención del agua, realizamos un sencillo experimento científico bajo la pregunta: ¿Qué sucede al verter agua en un recipiente con sustrato del huerto en comparación con un sustrato de piedras y un suelo de arcilla?

Por otro lado, parece que no hay vida cuando eliminamos las plantas del huerto pero, ¿qué hay en el huerto que no vemos? Hablamos de las bacterias, los hongos que han crecido (sí, ¡tenemos setas en el huerto!), nuestros visitantes animales (los caracoles, las hormigas) y cómo no, nuestras protagonistas del suelo: las lombrices. Nos encantó rebuscarlas en la vermicompostera y ver cómo habían crecido… Y es que, ¿¡a quién no les gustan las lombrices!?

 

¡Os seguiremos informando sobre nuestros descubrimientos en el huerto!

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