“Yo pregunto a los presentes si no se han puesto a pensar que esta tierra es de nosotros y no del que tenga mas”, así versa una de las canciones de Victor Jara que junto a Violeta Parra dieron voz, canto y sentimiento a las causas campesinas desde Chile. Hoy, sus canciones se convirtieron en auténticos himnos para las luchas campesinas de toda Latinoamérica. Las causas de las que hablaban a mediados del siglo XX los cantautores eran el acaparamiento de tierras, el derecho al agua, los derechos de los y las trabajadoras campesinxs…actualmente, a esas causas, hay que sumar las consecuencias del cambio climático, la restricción del uso de semillas autóctonas, los monocultivos, la desigualdad de oportunidades en los mercados…etc. Todos estos problemas han hecho que se unan campesinos y campesinas de todo el mundo en una lucha común.

En 1993 un grupo de 46 campesinos representantes de diferentes organizaciones campesinas europeas, latinoamericanas y centroamericanas se unieron para crear La Vía Campesina con varios propósitos: Garantizar el bienestar de las comunidades rurales y rechazar el modelo neoliberal que condena  las condena a su extinción;  construir una red campesina basada en la diversidad y que trabaje por la defensa de la soberanía alimentaria. Desde ese momento La Vía Campesina no ha dejado de estar presente allá donde se toman las grandes decisiones sobre la agricultura o la alimentación del mundo, poniendo rostro a las medidas que se imponen desde los grandes organismos internacionales. A día de hoy, La Vía Campesina la conforman 182 organizaciones repartidas en 81 países de todo el globo.

 

 

Las mujeres ocupan su lugar

 

Paralelamente La Vía Campesina ha ido viviendo su propia transformación interna. En el sector agrícola, un sector profundamente patriarcal a nivel internacional, donde las mujeres quedan relegadas a un papel puramente instrumental, La Vía Campesina ha conseguido situar a la mujer en un papel activo, en igualdad con los hombres desde todos los niveles de la organización, también como representantes del movimiento y tomadoras de decisiones. Para conseguirlo ha hecho falta años de constante trabajo de formación, organización de reuniones informativas, talleres de género y reuniones preparativas de presentaciones públicas. Con todo ese esfuerzo se ha conseguido que los y las  trabajador@s rurales dejen de permanecer invisibles y se les tenga en cuenta en las grandes decisiones sobre su futuro y el todos los trabajadores rurales, aunque aún queda mucho por hacer.

 

Declaración de derechos de las y los campesinos

Este mes de noviembre es un momento histórico para La Vía Campesina y para todo el mundo rural en general. El pasado 28 de septiembre el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la resolución sobre la Declaración de los derechos de las y  los campesinxs. Tras esta resolución el siguiente pasó será la votación que tendrá lugar este mes de noviembre, donde los estados miembros del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas podrán votar a favor o en contra de la “Declaración de derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales”. Esta Declaración la compone 28 artículos en los que habla sobre entre otras muchos temas, el derecho a tener tierra para trabajar con independencia de la condición socioeconómica, sobre el derecho de acceso a las semillas y sobre la distribución de los productos de cultivos, teniendo en cuenta la situación global actual de desigualdad de acceso al mercado.

Elizabeth Mpofu, actual coordinadora general de La Vía Campesina se refiere a este momento histórico “Ha sido un camino largo y duro, pero como campesinas, como personas que han visto la cara más amarga de la pobreza y el olvido, también somos resistentes y nunca damos nuestro brazo a torcer”.