Muchas veces creemos que no tenemos la famosa ‘mano verde’ para las plantas y no es verdad, ¡sigue estos consejos y verás cómo te conviertes en la envidia del barrio!

Las plantas necesitan:

  1. Una buena tierra
  2. Agua ni muy fría, ni muy caliente, y siempre con la misma frecuencia: semanal, quincenal, mensual
  3. Luz directa o indirecta

Punto número 1: elige bien la tierra

Es muy normal que llegues a la tienda y veas un montón de sacos diferentes y no sepas en qué se diferencian… Lo importante es que entiendas que para crecer bien, las plantas necesitan que la tierra permita respirar a las raíces. Sí, has oído bien, ¡las raíces respiran!

Además, lo ideal es que la tierra elegida mantenga la humedad y tenga nutrientes. Los sacos suelen llevar mezclas de distintos sustratos, te los describo:

  • Turbas rubia o negra: no es una cerveza, es un sustrato que se forma a partir de la descomposición de materiales vegetales en condiciones de humedad y temperaturas frescas. Tienen muy buenas propiedades pero su impacto ambiental es alto.
  • Perlita: son esas bolitas blancas que has aplastado un millón de veces con la uña y no, no es poliespán, es un mineral que tiene la capacidad de mejorar la aireación del sustrato además de retener humedad y no pesa nada. No es necesario usarla.
  • Tierra vegetal: es tierra rica en materia orgánica, tiene una estructura equilibrada y buena aireación. Sirve para todo pero puede acabar compactándose.
  • Arena de río: se puede utilizar para mezclar en tierras que queremos que drenen mucho como son las que utilizamos para los cactus.
  • Fibra de coco: un estupendo subproducto de la industria del coco que se aprovecha porque pesa poco, mantiene bien la humedad y no se compacta. Pero, ojo, no tiene nutrientes y hay que mezclarla con algún abono. Normalmente se usa junto a humus de lombriz en proporción 3:1.
  • Humus de lombriz: nutrientes muy potentes gracias a las maravillosas lombrices, hay que añadir poca cantidad.
  • Abonos inórganicos: vienen como compuestos químicos y básicamente son nitrógeno, fósforo y potasio. Es mejor usar abonos orgánicos,  porque además mejoran la textura de nuestros suelos y suelen ser de descomposición lenta.

Nosotras fomentamos el uso de una mezcla de fibra de coco con humus de lombriz por ser la que menor impacto ambiental tiene.

Punto número 2: riega con regularidad

¡No seas perri y ponte un día de riego! Puede ser el domingo antes del aperitivo o el lunes para hacer un poco de mindfullness y así llevar mejor la semana. A las plantas no les vale que te acuerdes de regarlas un miércoles y luego estés un mes sin regarlas, les gusta que seas constante. Hay un truco si te ves incapaz: utiliza macetas de autoriego.

Punto número 3: averigua su a tu planta le gusta el sol

Hay plantas que les encanta el sol directo y plantas que se achicharran y prefieren luz indirecta como suele pasar con la mayoría de plantas de interior. ¡Pregunta siempre antes de comprar!

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