Dentro del proyecto ‘Alimentando Territorio: ciencia ciudadana para recuperar sabores y saberes’, una de las líneas fundamentales es la investigación participativa. Los protagonistas de esta parte de la iniciativa son sin duda los centros educativos de Formación Profesional de la rama agraria y jardinería, además de algunos de Enseñanzas Secundaria. Hasta el cierre de este curso escolar 2022-2023 hemos trabajado con el equipo docente y el alumnado del Centro de Capacitación Agraria de Villaviciosa de Odón, IES La Cabrera, IES El Escorial, CEIPSO Peñalta y Gredos San Diego International School, estos dos últimos localizados en Buitrago del Lozoya.
A través de sesiones en aula y trabajo en sus respectivos huertos escolares, hemos completado la primera fase del desarrollo de los ensayos agronómicos cuyo objetivo es profundizar en el conocimiento de las características agrícolas de las variedades tradicionales elegidas para fomentar así su cultivo.
En ese sentido, el alumnado ha realizado sus investigaciones sobre cuatro variedades locales tradicionales de lechuga: moronda de Patones, moruna de Torrelaguna, negra de Rascafría y rizada de El Paular. Sobre un cultivo total de 630 lechugas, han recogido datos fenológicos, de productividad (kg/superficie) y de resistencia a enfermedades y plagas. Por otra parte, los datos obtenidos se han comparado con la variedad comercial de lechuga hoja de roble.
Resultados preliminares
Como resultados preliminares podemos citar que todas las variedades locales analizadas son entre un 20% y un 50% más productivas que la variedad comercial y que, para este año, la variedad tradicional más productiva es la lechuga Moruna de Torrelaguna.
Por otra parte, no se ha detectado diferencias fenológicas remarcables entre variedades en cuanto al tiempo de germinación o de crecimiento.
Catas sensoriales
Las lechugas cosechadas en los diferentes centros han servido para hacer catas sensoriales y hedónicas que han aportado a la investigación información relevante sobre características organolépticas, así como un acercamiento a la posible aceptación de las variedades por parte de los consumidores. Este punto es relevante de cara a revalorizar las variedades locales como alimentos de una calidad diferenciada.