Desde Germinando llevamos 4 años trabajando en el proyecto Laboratorios Experimentales de Ciencia dentro del Programa de actividades de motivación e interés en el aprendizaje en los centros escolares del Distrito de Salamanca impulsado por el Departamento de Educación  del Ayuntamiento de Madrid y cuyo objetivo era acercar el conocimiento de la ciencia a nuestros menores. Para nosotras, el proyecto va más allá de la necesidad de llevar la ciencia al aula y pivota en torno a la concepción de la ciencia como una de las más potentes herramientas educativas y de transformación ecosocial. Es por ello que la indagación y puesta en práctica en nuevas metodologías y la reflexión en torno a la didáctica de la ciencia forman parte de la esencia del proyecto.

El contexto actual es cambiante, complejo e interconectado, desde el cambio climático, hasta las crisis sanitarias o sociales, cuyo origen se encuentra fundamentalmente en los efectos de las actividades humanas. Y desde aquí es desde donde pensamos que la didáctica de la ciencia es fundamental para esta transición ecosocial. La ciencia resulta una herramienta fundamental para dotar a la ciudadanía de las habilidades y conocimientos necesarios para identificar problemáticas y encontrar soluciones eficaces orientadas al desarrollo sostenible, la conservación del medio ambiente, la reducción de la pobreza y la desigualdad. Por ello, y tal y como sostiene Melina Furman, es crucial que la sociedad esté científicamente preparada, siendo la educación en su sentido más amplio, la vía para lograrlo.

¿Por qué enseñar ciencia es una potente herramienta para esta necesaria transformación ecosocial?

Una de las respuestas la encontramos en la frase Carl Sagan: “La ciencia es una forma de pensar, mucho más que un cuerpo de conocimientos”. Es decir, la ciencia no se centra estrictamente en los productos de la investigación, sino en el proceso del pensamiento científico en sí mismo. Además, este pensamiento científico nos empuja a observar, aprender a hacernos preguntas e intentar resolverlas. Nos enseña a ser críticas y a tomar decisiones y a que estas decisiones estén razonadas. Y, por último, porque la ciencia se construye de una manera colectiva, por toda la comunidad científica. Consideramos que afrontar los desafíos actuales de una manera exitosa pasa inevitablemente por una mirada colectiva y comunitaria de nuestra sociedad. y nuestro entorno.

¿Cómo se hace eso de educar el pensamiento científico?

Pues para muestra, un botón. Queremos compartir el trabajo realizado a lo largo de estos 4 años de proyecto, en el que hemos intentado fomentar este pensamiento científico en las aulas de 5 centros educativos del Distrito de Salamanca, en Madrid.
El proyecto se vertebra a través de tres ejes fundamentales: los laboratorios, un proyecto de investigación y un enfoque transversal de género.

  • Laboratorios experimentales

    Son sesiones lectivas cortas en las que el alumnado desarrolla experimentos sobre temáticas científicas acordes con el currículum escolar. El enfoque de estos talleres implica no sólo trabajar la información y destrezas necesarias para asentar los contenidos curriculares. Además, mejora la competencia científica profundizando en el desarrollo del pensamiento crítico, fomentando la curiosidad y la observación. Para ello, mediante un proceso participativo, el alumnado es capaz de plantear hipótesis, realizar el diseño experimental y valorar los resultados para extraer conclusiones.

  • Proyecto de investigación

    El segundo eje del proyecto consiste en el desarrollo de un proyecto de investigación que culmina en un Congreso Científico Escolar. El objetivo de este eje es que el alumnado aprenda a desarrollar una investigación científica completa partiendo de sus inquietudes, desde el planteamiento de la hipótesis hasta la comunicación de los resultados. Así el alumnado aprende a observar el entorno, hacerse sus propias preguntas, a resolver y establecer hipótesis, y a realizar su propio diseño experimental, a extraer conclusiones y comunicarlas. Incluso estas conclusiones han podido servir para proponer medidas de cambio para el distrito encaminadas a la mejora medioambiental del barrio

  • Mirada de género transversal

    Por último, aparece el tercer eje del proyecto: una mirada de género que atraviesa de manera transversal todo el proyecto. Pretende ser una herramienta para tratar de revertir el sesgo existente en las oportunidades para desarrollar una carrera científica debido al género. Así, en cada laboratorio experimental se presenta a una científica cuyo objeto de estudio esté relacionado con la temática del mismo, de manera que se visibilice la actividad científica de la mujer pasada y presente. Algunas de las mujeres científicas presentadas son Rita Levi, neuróloga premio novel medicina; Rachel Carson, bióloga conservacionista; Lynn Margullis, bióloga que enunció la teoría endosimbionte; Mileva Maric, matemática a quien se le atribuyen la colaboración en los descubrimientos de Einstein, o Inge leman, sismóloga y descubridora de las primeras medidas en magnitudes de sismos, así como la discontinuidad que separa el núcleo externo del núcleo interno.

Para terminar, la valoración de estos años de proyecto ha sido muy positiva tanto por parte de los centros, el profesorado y alumnado como del propio ayuntamiento. Por un lado, se empieza a observar una mejora en la competencia científica y fomento del pensamiento crítico por parte del alumnado, así como en el asentamiento de los contenidos curriculares. Además, la realización del Congreso, ha supuesto para el alumnado el fomento de la participación en el contexto del barrio, a través de la ciencia ciudadana, visibilizando la importancia de la transformación ecosocial de su entorno.